¡Gracias! Nuestro tradicional evento del Día de Muertos de este año fue un gran éxito. Gracias a todos por su apoyo y participación. Esperamos que quienes vinieron a conmemorar a sus seres queridos se unan a nosotros nuevamente el próximo año. Gracias por confiar en nosotros con su cuidado y cuidado continuos. Mausoleum Chapel Cheatham Hill Memorial Park 1861 Dallas Highway 770-919-7100 Descargar folleto - Inglés Descargar folleto - Español Un poco de historia sobre el Día de los Muertos El Día de Muertos, en su versión indígena, implica el regreso transitorio de las almas de los difuntos al mundo de los vivos. En este momento, coexisten con sus familias y se nutren de la esencia de los alimentos y las ofrendas colocadas en un altar en su honor. El Día de los Muertos se celebra en todo México y ahora se extiende a donde sea que residan las familias mexicanas en todo el mundo. Hay diferentes variaciones de costumbres según el área. La costumbre tradicional exige una celebración de dos días. El primer día, el 1 de noviembre, corresponde a Todos los santos, que está dedicado principalmente a los bebés y niños. El segundo día, 2 de noviembre, está dedicado a Los Fieles Difuntos, o los adultos y seres queridos mayores. Las tradiciones exigen que un altar incluya: Flor de Cempasúchil (flor de cempasúchil azteca), Papel picado (papel perforado en forma de pancarta), Calaveras de Azúcar, Pan de Muerto, Ofrendas (ofrendas que consisten en alimentos y bebidas que los muertos disfrutaron en vida), Incienso (simplemente colocado para aromatizar). Tradicionalmente, un altar se colocará en la Lápida (lápida) del ser querido. Sin embargo, en nuestra sociedad moderna, las familias ahora construyen altares dentro de sus propios hogares, en recuerdo de sus seres queridos fallecidos. Un camino o pasarela generalmente se extendería desde la casa de una familia hasta el cementerio o lugar donde se colocaba al difunto para descansar y se haría con los pétalos de la flor de Cempasúchil. Se colocaban velas a lo largo del camino para iluminar el camino, para que las almas de los muertos no se perdieran ni se desviaran.